Tarta de Santiago

Tarta de Santiago con Indicación Xeográfica Protegida

La famosa «Tarta de Santiago» será protegida con una Indicación Geográfica Protegida (IXP), además de tener su propio Consejo Regulador.

Tarta de Santiago


Uno de los dulces más emblemáticos de Galicia y más concretamente de la ciudad de Santiago de Compostela, su suave y deliciosa tarta de almendra o Tarta de Santiago, será protegida con una Indicación Geográfica Protegida (IXP), además de tener su propio Consejo Regulador, para asegurar su calidad.

Después de su reconocimiento en el mes de septiembre por la Unión Europea como producto de calidad, en el pasado congreso gastronómico Fórum Gastronómico, se ha presentado la Indicación Xeográfica Protegida «Tarta de Santiago».

A partir del momento que se apruebe la IXP, todas las tartas de Santiago que se vendan con este sello identificativo, nos certificarán que habrán sido elaboradas en cualquier «obradoiro» situado en Galicia, previo registro pertinente en la IXP, siguiendo las normas reglamentarias para su elaboración.

Al igual que los Pementos de Herbón (antiguos pimientos de Padrón), que han sido protegidos debido a la disparidad de poblaciones repartidas por todo el territorio nacional y marroquí que los cultivaban, la Tarta de Santiago se había «globalizado» e industrializado tanto, que ya sólo nos faltaba ver en su etiqueta el «Made in China».

Desde el momento que se apruebe la IXP, el territorio donde sólo se podrán elaborar Tarta de Santiago con Indicación Xeografica Protegida, será el de la Comunidad Autónoma gallega. Además, el Instituto Galego de Calidade Alimentaria (Ingacal) será el órgano oficial encargado del control y certificación de los productos elaborados bajo esa denominación.

Aparte, se ha aprobado un Consejo Regulador que, según la Orden publicada en el Diario Oficial de Galicia (DOG), estará presidido provisionalmente por Manuel Iglesias García y contará con cinco vocales, para proteger y certificar que las Tartas de Santiago, son realmente de Santiago de Compostela, o por lo menos, provienen de algún obradoiro de Galicia.

 

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La historia de la Tarta de Santiago nace en las cocinas acomodadas en los siglos XVI al XVIII. La alta repostería gallega de los tiempos históricos se caracteriza por la presencia de dos ingredientes: azúcar y almendra.

La primera información digna de fiabilidad es una de las recetas de bizcocho y almendras que figura en el «Caderno de confeitaría» que recopiló Luis Bartolomé de Leybar alrrededor del 1838. Aunque tenía forma de pequeños bizcochos, la elaboración coincide con las recetas tradicionales de la tarta compostelana.

En el siglo XX, la Tarta de Santiago se introduce de forma progresiva en los tratados culinarios españoles donde suele clasificarse como producto de la repostería gallega tradicional.
El adorno de las tartas con una silueta de la cruz de Santiago fecha del año 1924, cuando el fundador de la compostelana Casa Mora buscaba darle un toque distinto a un producto tradicional. Esta iniciativa fue seguida por otros elaboradores compostelanos y al hilo de la creciente fama de esta especialidad, se difundió por toda Galicia.

La popularización de la peregrinación a Santiago a través de las distintas rutas jacobeas, particularmente en los últimos lustros, trajo a la capital y, en general, a la comunidad autónoma, multitud de visitantes, tanto españoles como de otros países, lo que sirvió para divulgar el conocimiento de este producto típico de la repostería gallega fuera de sus fronteras.

Fuente: tartadesantiago.org

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