Como hacer Nata montada

La nata, ¿Insustituible en la cocina?

La nata es un ingrediente que no puede faltar en nuestro frigorífico y que utilizamos para elaborar deliciosos platos, pero ¿Se puede sustituir por quesitos o mantequilla?

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NATA sustancia espesa, untuosa, blanca o un tanto amarillenta, que forma una capa sobre la leche que se deja en reposo. Así es como la define la RAE.

Para nosotros es el ingrediente imprescindible que no puede faltar en nuestro frigorífico y que por su textura y sabor utilizamos para elaborar deliciosos platos, dulces o salados.

Uso de la nata en la cocina

Poco a poco y a partir del siglo pasado, la nata se ha ido convirtiendo en el ingrediente básico de algunas cocinas regionales formando parte de muchos platos emblemáticos.

En eladerezo.com son muchas las recetas que tienen a la nata como protagonista; cremas, salsas, postres, platos salados… y a la hora de su elaboración la usamos siempre, sin que nos frene su aporte extra de grasa, porque sabemos que con ella ganamos en sabor, textura y suavidad.

La preocupación por nuestra salud y alimentación supone que muchas veces la nata sea desterrada de nuestra cocina por miedo al valor calórico extra que da a nuestras elaboraciones culinarias. Por eso mismo, a veces, caemos en el error de sustituir ésta por mantequilla o quesitos sin embargo esta práctica implica que nuestras recetas ganen en calorías y pierdan en sabor.

Nata montada

Los quesitos son los más utilizados para sustituir a la nata pero hay que saber que, como consecuencia de la grasa, proteínas y lactosa que contienen, el valor calórico de éstos también es alto: aportan entre 234 y 262 calorías por 100 gramos los grasos y los semigrasos se sitúan entre 131 y 183 calorías. Las calorías de la nata de montar son unas 334 y 85 las de la nata ligera para cocinar.

Con estas diferencias, el problema puede quedar resuelto con la utilización de natas ligeras o para cocinar que desde hace ya unos años muchas marcas, como Central Lechera Asturiana, nos ofrecen y encontramos fácilmente en los lineales de los supermercados. La diferencia de éstas con respecto a las de montar radica en el porcentaje de grasa que tiene, la de cocinar está entre 15% y 18% y la de montar en torno a 33%- 35%.

[alert type=white ]Cada plato requiere unos ingredientes, y aunque sabemos que la cocina es muy versátil, demos a cada elaboración lo que precisa porque la autenticidad de los mismos debería estar por encima de todo. [/alert]

Historia de la nata

Durante mucho tiempo la nata se utilizaba sólo para hacer mantequilla, pero a partir del siglo XVII, y gracias a los cocineros reales, empezó a ser apreciada en la cocina por su untuosidad y ligereza. Durante el siglo XX la nata se fue convirtiendo en el ingrediente básico de algunas cocinas regionales formando parte de muchos platos emblemáticos.

Tradicionalmente la nata se recogía tras la cocción de la leche separándose de ésta una vez que se enfriaba. Hasta que a finales del siglo XIX el científico Gustaf de Laval inventó una centrifugadora que, controlando la temperatura y la velocidad centrífuga, separaba los líquidos mezclados entre sí o partículas sólidas de estos líquidos.

Propiedades de la nata

El principal nutriente de este derivado lácteo es la grasa, siendo la saturada la que domina en proporción y, según la variedad que se emplee, la nata en nuestra dieta puede ofrecernos valiosos aportes y utilidades siempre que la incorporemos en cantidades adecuadas.

Aparte de la grasa, la nata es una gran fuente de vitamina A, posee vitamina D, potasio y calcio, aunque este último en menores proporciones que en la leche. Todo en su justa medida es bueno.

Tipos de nata

Dependiendo del contenido en grasas y del tipo tratamiento térmico, podemos encontrar distintos tipos de nata. Existe la nata ligera, que tiene menos cantidad de grasa que la tradicional, cuyo contenido graso varía entre 30 y 50%, mientras que la doble nata puede llegar hasta un 55% de materia grasa.

Por supuesto, elegir una u otra dependerá de la utilidad que vayamos a darle en la cocina, así como si queremos cuidar el aporte de grasas en nuestra dieta.

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