Ensalada de queso de cabra a la plancha
Para la elaboración de esta ensalada hemos utilizado unas rodajas de queso de cabra que encontramos fácilmente en tiendas y grandes superficies en la sección de embutidos refrigerados. Aunque también podemos utilizar cualquier otro tipo de queso que sea de nuestro gusto, o que tengamos «arrinconado» en nuestra nevera.
Raciones Tiempo de preparación
4personas 20minutos
Raciones Tiempo de preparación
4personas 20minutos
Ingredientes
Vinagreta de miel
Instrucciones
  1. Lavamos y escurrimos bien las hojas de acelgas rojas o brotes de lechuga o cualquier otro tipo de «hojas verdes», como hojas de espinacas, rúcula o canónigos.
  2. Ponemos una sartén al fuego y doramos en ella, durante unos segundos, las nueces. Sacamos sobre un plato y dejamos templar en lo que hacemos el queso de cabra.
  3. Colocamos de nuevo la sartén sobre el fuego y doramos el queso de cabra por ambos lados. Lo que queremos conseguir es que se cree una capa crujiente por cada lado y su interior sea muy cremoso. De esta forma cuando le cortemos en el plato, el queso se funda con las hojas de lechuga.
  4. En lo que se dora el queso, repartimos las hojas de lechuga sobre cuatro platos hondos, o una ensaladera (si optamos por hacer una ensalada colectiva), esparcimos las nueces, las pasas y las fresas limpias y cortadas en dados.
  5. Una vez tengamos hecho el queso dorado por ambos lados, las rodajas de queso.
  6. Preparamos la vinagreta de miel mezclando todos los ingredientes en un cuenco, con la ayuda de un tenedor o varillas. También se puede hacer en un frasco de cristal con tapa, como los de las mermeladas que tiramos a la basura cuando se quedan vacíos… Nosotros tenemos siempre guardado uno en el cajón de la cocina para preparar vinagretas. Es muy útil ya que tan solo tenemos que verter en su interior los ingredientes, tapar y menear cual coctelera. Lo mejor es que es muy limpio a la hora de aderezar las ensaladas. Destapar y aderezar. Así de sencillo, así de simple.
  7. Servimos inmediatamente para que el queso no se nos enfríe y pierda la gracia de hacerle a la plancha.
  8. ¡Buen provecho!