Solemos asociar las legumbres en platos contundentes para combatir el frío invernal. Aunque esto está cambiando desde hace ya unos cuantos años. Los que nacimos en el último cuarto del siglo pasado tenemos una "deuda" con las legumbres. La de platos que habremos dejar sin probar en la mesa, por más que nuestras madres insistiesen en la hora de la comida, merienda o cena. Menos mal que el tiempo todo lo cura y las legumbres que hace unos años no podíamos ver (ni catar), hoy en día las disfrutamos como si fuesen la primera vez.