Salmonete de costa a la plancha con judias verdes y emulsión de berros

Restaurante Palé, especializado en cocina española

Restaurante Palé. Esencia y platos de cocina española, "de la cocina de aquí".

Cada vez que voy a Madrid me gusta más la «cercanía» que hay entre sitios gracias a su amplia red de Metro. Si bien este transporte público ha incrementado su precio en los últimos años, la comodidad que ofrece al usuario es más que sobresaliente.

Gracias a este transporte podemos movernos por la ciudad y sus alrededores con una rapidez que no nos lo ofrece el coche, y como «premio» nada queda lejos. Como en el caso del Restaurante Palé, situado en La Moraleja (Alcobendas), que se puede llegar en un breve espacio de tiempo tomando el Metro de la línea 10.

Terrina de foie empanada en polvo de cítricos y chutney de mango -Restaurante Palé

Llegamos sobre las nueve y media de la noche y todavía había luz más que suficiente para poder visualizar el complejo Silk Social Space, compuesto además del establecimiento del que os hablamos hoy, el restaurante Palé, por otro denominado Silk&Soya (especializado en cocina Tailandesa), dos terrazas impresionantes, una barra que combinará la preparación de sushi y corte de jamón ibérico en directo, además de una discoteca.

Si bien pensábamos ver todas las instalaciones, debido a la gran cantidad de gente que se acercó a cenar esa misma noche, no pudimos hacerlo. Aunque sólo por eso ya tenemos escusa para volver otra vez y que Cipri Quintas, propietario, nos enseñe el complejo al completo.


Nada más salir del ascensor que lleva hasta el restaurante Palé, visualizamos una decoración diferente y exclusiva, realizada por el interiorista Ignacio García de Vinuesa, en la cual sobresalen además de los palés de madera que decoran su interior, y del cual toma su nombre, los jardines verticales, colgados a modo de cuadros.

Este nuevo establecimiento especializado en cocina española, que  fue inaugurado hace tres meses en el nº 9 de la Avenida de la Ermita (Arroyo de la Vega – La Moraleja), en Alcobendas, Madrid, se ha convertido en un restaurante de referencia en la zona, gracias a los platos que salen de la cocina elaborados por el cocinero Manolo Lucas.

Gran cocinero y mejor persona, Manolo Lucas nos enseño todos los rincones del restaurante Palé, desde los espacios más pequeños, ideales para cenas románticas e íntimas, hasta otros más amplios para comidas o cenas de empresa o de amigos. Además de una espectacular terraza, desde la cual se divisa parte de la localidad y en la cual, en verano, es más que aconsejable cenar.

Para comenzar un Carpaccio de Presa Ibérica, manzana, pistachos verdes y queso parmesano. Muy buena, con un punto de maceración muy rico al cual se la pasa por la plancha para después cortarla muy finamente para que se puedan saborear todos los matices de la elaboración.

Tras esta primera toma de contacto, una bandeja de pizarra es la base para presentar unas latas de mejillones en escabeche y berberechos en salsa espinaler (aceite, vinagre y pimentón, básicamente). Dos propuestas también de la factoría de Manolo Lucas, que se acompañan con un cuenco de patatas fritas. La verdad que a esas horas de la noche, y con una copa de vino Ermita de Nieva Verdejo muy frío, nos pareció un delicioso aperitivo.


Como también lo fue la Terrina de foie empanada en polvo de cítricos, con costra de caramelo y chutney de mango. Un plato que nos gustó mucho, y que se acompañada de un vasito lleno de tostas de pan muy ligeras.

Sin duda una de las mejores propuestas de la cena, a la Coca de boquerones en vinagre, tomates y queso fresco. Refrescante, sabrosa y muy apetecible. A continuación nos sirvieron otro carpaccio, esta vez de ventresca de atún con encurtidos, yogur y eneldo. Fantástica combinación y punto de maceración.

Tras estas «pequeñas» delicatesen, pasamos a los platos principales. Para comenzar «Salmonete de costa a la plancha con judías verdes y emulsión de berros«, muy visual, de sabor atrevido y el salmonete en su punto.

Para finalizar los platos salados, un Solomillo con queso de cabra, cerezas y praliné de piñones. Un plato también llamativo visualmente en el que la carne tenía todo el protagonismo. El solomillo, hecho en su punto, se deshacía en la boca y estaba muy bien armonizado por el toque de dulzor que le aportaba la cereza y la acidez del queso.

Para terminar dos postres: Piña colada y un vasito de crema de queso con frutos rojos. Dos propuestas que nos dejaron buen sabor de boca, y con ese «recuerdo» típico que se te queda cuando visitas buenos restaurantes.

Como dato deciros que con el pago de la cuenta, dan una invitación por comensal para tomar una copa en la terraza tipo Chill out de la planta inferior.

Personalmente me gusto mucho la decoración del restaurante Palé,  apetecibles todos los platos de Manolo Lucas, y muy atento el servicio, y eso que esa noche, como bien nos comentaban, estaban más que saturados por qué no esperaban que se llenasen todas las mesas. Y esto, por algo será…

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