Pago de Espejo. Aceite de oliva virgen extra Picual, de Sierra Morena.

Pago de Espejo, un aceite de autor

Son pocas las empresas que pueden presumir de estar gestionadas por la cuarta generación de mujeres, es el caso de Pago de Espejo, una empresa que puso en marcha en los años 20 del siglo pasado la abuela de Rosario Espejo, la actual propietaria, quien impulsó la compra de la finca La Condesa, situada en Villanueva de la Reina, Jaén.

Con los años la finca fue prosperando y la familia Espejo compró las  parcelas  adyacentes hasta alcanzar las 250 hectáreas con las que cuentan en la actualidad.

Pago de Espejo. Aceite de oliva virgen extra Picual, de Sierra Morena.

En todos estos años el papel de la mujer en esta familia ha sido fundamental ayudando en la recolección o en alguna de las fases de elaboración de su aceite de oliva virgen extra de la variedad picual.
La actual propietaria y directora de Pago de Espejo, Rosario Espejo, tiene en sus hijas a la cuarta generación, y son ellas mismas quienes han desarrollado el sentido más comercial y estético de este exquisito aceite de oliva virgen extra.

Gracias a sus conocimientos de marketing, distribución y diseño sacaron al mercado, hace tres años, el AOVE Pago de Espejo. Un tiempo que ha servido para reconocer todo el trabajo que han realizado todas las mujeres olivicultoras de Pago de Espejo.

Pago de Espejo, un Aceite de oliva virgen extra Picual, de Sierra Morena.

Pago de Espejo. Aceite de oliva virgen extra Picual, de Sierra Morena.

La finca de Villanueva de la Reina, en Jaén, cuenta con más de 200 hectáreas de olivos centenarios. De entre toda su cosecha, y para la elaboración de este aceite, se seleccionan con sumo cuidado los frutos, siendo en la actualidad un 10% lo que se destina para el envasado.

Esta cosecha es temprana, con la aceituna en envero, es decir, cuando aún no está totalmente madura, lo que le otorga un aroma más intenso, con notas a hierba recién cortada, tomate o almendra verde.

En este proceso, que se realiza entre mediados de octubre y principios de noviembre, trabajan para que el fruto llegue en perfectas condiciones; se moltura en menos de 24 horas, se extrae en frío y se envasa tras un proceso de filtrado que mantiene intactas todas sus propiedades organolépticas.

Además, aplican la producción integrada que establece un límite de cantidad y tipo de fitosanitario que se puede utilizar bajo un estricto control legislativo, de forma que se asegure a largo plazo una agricultura sostenible y, al mismo tiempo, aumente el rendimiento del olivo.

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