Las endivias son de esas hortalizas que no faltan en nuestra despensa a lo largo del año. Tras disfrutar de ellas en recetas de ensaladas, al horno o a la plancha, hoy las hemos preparado con una salsa de yogur. Para la salsa de yogur hemos utilizado, además de yogur griego, espárragos frescos, el zumo de media lima, una pizca de azúcar y aceite de oliva. Aunque esto siempre puede ser opcional, dependiendo de los ingredientes que tengamos en nuestra nevera.
Esta receta de "Pastel de Salmón" te sirve tanto de entrante como de plato principal. Si bien parece una quiché tiene una textura algo diferente que le hace más especial.
Estas croquetas de pollo son 100% caseras y muy faciles de preparar se han usado para su elaboracion los restos de un pollo asado. Estas croquetas gustaran seguro a toda la familia.
Las zanahorias son una de las hortalizas que encontramos de forma "permanente" en el mercado, y que usamos más comúnmente en nuestra cocina. Esta crema de zanahorias es ideal para dietas y regímenes ya que no hemos puesto ni nata líquida ni leche. puedes acompañarla con huevo cocido y picado, jamón serrano, u otro tipo de alimento que más te apetezca y tengas a mano.
Una receta de ensalada de pasta deliciosa y refrescante que se prepara en muy poco tiempo y que podemos tomar tanto templada como fría. Sana y con una presencia increíble. ¿Que más se pude pedir? En esta ocasión hemos elaborado unos "Fusilli con pesto de avellanas y tomate fresco". Las ensaladas de pasta se pueden cocinar con cualquier tipo, siempre y cuando esta sea "corta". Y el punto de cocción depende de los gustos de cada uno. Personalmente prefiero la pasta "al dente", pero al resto de la familia le gusta la pasta algo más blanda.
Una de las recetas que más me llamó la atención, en el recetario que acompaña a la ActiFry de Tefal, fue la de estos "chipirones a la andaluza".
Los calamares rellenos son de esas recetas que hay que tener guardadas en nuestro recetario particular, por ser de esas elaboraciones tradicionales que se te quedan grabadas en la memoria por su sabor a casero.
Últimamente en nuestra casa preparamos rara vez calamares, y eso que están deliciosos de cualquier manera, más que nada por su laboriosa limpieza.
De compras en el súper me topé, en la sección de frutas y verduras, con unas bandejas de unas setas "algo" llamativas, eran Shiitake. o las había probado nunca y me decidí hacerlo esta vez. Lo más fácil hubiera sido hacerlas al ajillo con un poco de aceite de oliva virgen, pero me decanté por algo que tuviera "más sabor" en la cocina, un arroz.
Ni que decir tiene que el verano es una de las temporadas en las cuales se consume mayor numero de verduras y hortalizas. En esta ocasión nosotros hemos elaborado una deliciosa ensalada de lechugas varias, mango, higos, salmón y una pizca de pan masala.
Desde que descubrimos la pasta brick, esta se ha convertido en un ingrediente fijo de nuestra despensa. Da igual como la hagamos, frita o al horno, y también de qué la rellenemos, de carne o pescado, el final siempre es el mismo, una receta deliciosa que se prepara en menos de 1 hora y que se obtiene de ella el mejor resultado: un plato limpio y vacío.
La perdiz tiene bastantes formas de preparación, a la plancha, guisada, con alubias, en arroz... La receta que proponemos, creo que, es la forma en que más veces encontramos elaborada esta ave.
A la hora de hacer arroz en casa tengo la costumbre de utilizar como medida un sistema que tengo muy a mano: el puño o “puñao”. Una costumbre muy tradicional en la cocina de las abuelas que hemos visto utilizar en infinidad de ocasión a nuestras madres y que ahora usamos nosotros. Para medir la cantidad de arroz que hay que echar por persona se suele utilizar un vaso. Siempre hemos escuchado “un vaso de arroz por dos de agua o caldo” como medida ideal para un arroz perfecto. Como os digo, yo soy de “puñao” y el caldo lo echo a “ojo”, hay días que lo clavo y otros días que me sale el arroz más caldoso… Os comento esto por que lo que aprendemos de nuestras madres será lo que enseñemos a nuestros hijos como esa “odiosa costumbre” que tenían, que no me gustaba nada cuando era niño, de reutilizar las sobras de la comida para la cena o para elaborar la comida del día posterior.