Ensalada de espinacas y queso de cabra, una receta fácil, ideal para desengrasar en Navidad y disfrutar en la mesa. Entre...
Aprovechando la espuma de piñón anterior hemos preparado en casa un "solomillo de ternera con espuma de piñón". Una receta gourmet 100%. Preparamos una espuma de piñón y reservamos 2 horas en la nevera. Hacemos los solomillos de ternera, a nuestro gusto, en una plancha con unas gotas de aceite de oliva. Emplatamos con un poco de flor de sal sobre la carne y echamos un poco de espuma de piñón en cada plato.
En casa cuando compramos pescado solemos guardar los desperdicios de este (cabeza y espinas), para elaborar un caldo con ellos que, una vez preparado solemos utilizar en el momento o bien congelar para otra ocasión. Esta vez no hizo falta congelarlo y lo utilizamos para elaborar un "arroz con sepia y pulpo".
Tradicionalmente este guiso se elabora con los rabos de los toros que se lidian en las plazas de toros, comenzó hace ya muchos años en Córdoba y debido a la fama que fue adquiriendo se fue instalando en el resto de ciudades españolas. Debido a que el rabo de toro de lidia es un producto escaso y de tiempo definido, le convierte en un ingrediente muy solicitado. Y como ocurre en estos casos, hay que pagarlo.
Cuando hablamos de los Muffins solemos asociarlos con las típicas magdalenas americanas decoradas con una buena capa de frosting a base de mantequilla. Aunque también es el nombre de unos panecillos ingleses muy sencillos de elaborar que se toman a la hora del desayuno o como acompañamiento del té de las cinco de la tarde.
Una receta muy rica con un toque "especial" a jengibre.Si nunca has usado esta raíz te recomiendo que hagas la prueba. ¡Te sorprenderá! Mezclamos en un bol, el jengibre con la sal, la pimienta y un poco de aceite de oliva. Removemos bien con un tenedor. Aderezamos bien los trozos de pollo con esta mezcla, dejándolo reposar en la nevera toda una noche.
Hace muchos años los canelones de carne era el plato de pasta preferido en mi casa. Pero con los cambios de hábitos, y la falta de tiempo, los canelones dieron paso a la Lasaña de carne. Un plato con los mismos ingredientes pero con menos tiempo de elaboración que, aunque no lo parezca, eso de rellenar canelones lleva su tiempo. Y si de ahorrar tiempo hablamos, no hay mejor "invento" en la cocina que la pasta precocinada. Con ella se reduce considerablemente el tiempo de elaboración, y con este tipo de pasta hemos preparado ya varios tipos de lasaña, a cual mejor: de cecina, de setas, de verduras, etc.
Este guiso de patatas con chipirones es de esos platos que tenemos guardado en la memoria y que hacemos, o procuramos hacer, con el mismo cariño con el que le hacía mi madre cuando estábamos a su cargo.
Esas mañanas de estar en la cocina, al calor de la lumbre donde poco a poco se cocían guisos como el que os mostramos, son las responsables de que nos guste tanto la cocina y procuremos reproducir hoy en día para dar de comer a nuestra familia. Parece mentira que con ingredientes tan básicos y económicos salieran unos extraordinarios guisos caseros tradicionales como este guiso de patatas con chipirones.
Esta tarta de peras al vino nos ha gustado mucho. Y no es por decir. La mezcla del crujiente de la base, con la textura de la crema y la suavidad de las peras, junto con el dulzor y acidez de la reducción del vino tinto, hace de cada bocado de esta tarta de peras al vino un autentico deliro. Si no me crees, pruébala...
La Lubina al horno con patatas es una de nuestras recetas preferidas a la hora de cocinar este tipo de pescado. Aunque, a veces, también la hacemos con doradas, lomos de merluza, lomos de bacalao, pargo, sama, sargo u otro tipo de pescado blanco. Para elaborar la Lubina al horno con patatas podemos hacerla de dos formas. Una es pochando en aceite, y a fuego lento, las patatas. O bien hacer las patatas al horno. De esta última forma tendremos menos calorías, ya que las patatas no absorberán tanta aceite como en la sartén.
De pequeño me acuerdo que me gustaba mucho ver como Popeye engullía el contenido de un bote de espinacas cada vez que tenía que emplear sus músculos contra alguna fechoría de Brutus. Aunque las espinacas en la vida real no me han gustado hasta que fui algo mayor y descubrí que, aunque no me diesen fuerzas (como han demostrado los investigadores suecos), estaban deliciosas si se las acompañaba de una buena salsa. Es el caso de estas espinacas a la crema de queso y almendras. Una receta no apta para niños a los que no les gusten las verduras pero que son deliciosas para otros paladares.
Una forma diferente de presentar y comer unos "guisantes con jamón" es añadir al jugo que suelta durante la cocción, cuando elaboramos la receta, una pizca de agar agar o un poco de gelatina neutra