Estando el otro día en el hipermercado, me encontré con unos envases de raviolis de pasta fresca rellenos de boletus que tenían una de esas ofertas de "la segunda unidad al 70%". Luego ya en la cocina, aprovechando que tenía unos níscalos frescos, prepare unos deliciosos raviolis rellenos de boletus en salsa de níscalos. Una receta muy otoñal, con pleno sabor a bosque.
Que ganas tenía de hacer esta receta, me la dio un artesano panadero este verano en una feria medieval que visitamos. Después de probar unos cuantos productos, le pregunté al panadero como preparaba la empanada de pulpo, ya que a todos fue lo que más nos gusto, nos dijo: "es muy simple: hojaldre, un buen sofrito, pulpo, al horno y listo".
En una sartén con unas gotas de aceite de oliva, ponemos a dorar por ambos lados, los filetes del salmón sazonados. Pasados dos minutos por cada lado, añadimos los zumos de las naranjas y el limón. Cuando veamos que se va ha consumir, sacamos los filetes al plato donde le vayamos a servir, añadimos a la sartén el azúcar, los piñones y las pipas, removemos y lo esparcimos por encima del salmón.
Nos encantan los pasteles salados. Y más cuando son tan fáciles de preparar como el Pastel de tomates, champiñones, kale y queso de cabra que os mostramos hoy. Para hacer el Pastel de tomates, champiñones, kale y queso de cabra no tenemos que preparar nada con antelación. Todos los ingredientes van en "crudo". El resultado es un pastel salado ideal para tomar en cualquier momento.
Tradicionalmente este guiso se elabora con los rabos de los toros que se lidian en las plazas de toros, comenzó hace ya muchos años en Córdoba y debido a la fama que fue adquiriendo se fue instalando en el resto de ciudades españolas. Debido a que el rabo de toro de lidia es un producto escaso y de tiempo definido, le convierte en un ingrediente muy solicitado. Y como ocurre en estos casos, hay que pagarlo.
La receta de Lentejas con verduras o a la hortelana, es una de las mejores maneras de cocinar esta extraordinaria legumbre que supone una gran fuente de proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y hierro. En casa solemos comer lenteja pardina de Tierra de Campos, que junto a la verdina y castellana, son las tres variedades más extendidas en Castilla y León. La lenteja pardina es la más empleada a la hora de comer, gracias a su suave hollejo y su carne blanda, lo que facilita su cocción. Es más, podemos cocinar la lenteja pardina sin haberla puesto a remojo la noche anterior.
Con la receta de bollos suizos podemos elaborar otros bollos denominados cristinas o medianoches. Unas piezas de repostería, típicas de una cafetería, que podemos elaborar en casa cualquier tarde partiendo de una sencilla masa preparada con ingredientes presentes en cualquier cocina. Sabemos que elaborar cualquier tipo de masa de bollería no es tarea fácil. Necesita mimo, paciencia y dedicación, y no siempre sacamos el beneficio que deseamos aunque por lo menos pasamos una tarde o mañana muy gratificante. Además, podemos preparar una cantidad importante y congelar la mitad para otra ocasión.
Con la llegada del frío y después de las Navidades hemos decido poner esta receta de legumbres, que además de ser una gran fuente de hidratos de carbono, fibra, proteínas y diferentes minerales, entonan el cuerpo y satisfacen el alma. Como todas las legumbres, y en este caso concreto las alubias blancas, estas pueden acompañarse de gran variedad de ingredientes, si bien en este caso las hemos acompañado de un buen ingrediente como es el pulpo, se puede sustituir por cualquier otro producto de procedencia marina como unas ricas almejas o unos langostinos por ejemplo.
La receta de los "Nevaditos" o "Mantecados de Vino" en nuestra casa siempre se ha elaborado, hasta que se prohibieron en el domicilio, con manteca de cerdo extraída de la tradicional "Matanza del Cerdo". Esta manteca les aportaba este toque casero inconfundible que, lamentablemente, es difícil encontrar en los "Nevaditos" industriales. Quizás ese recuerdo no sea "real", pero por algún motivo, en estas fechas, preparo unos "Nevaditos" que me hacen recordar aquellos tiempos en los cuales nuestras abuelas servían unos "Mantecados de Vino" y orujo a al inicio de la matanza. Los mantecados era para todos los asistentes, y el orujo exclusivo para los "hombres", aunque mis primos y yo algún sorbito robábamos de la botella, sin que nos viera la abuela, que para eso, ese día era una fiesta.
Solemos asociar las legumbres en platos contundentes para combatir el frío invernal. Aunque esto está cambiando desde hace ya unos cuantos años. Los que nacimos en el último cuarto del siglo pasado tenemos una "deuda" con las legumbres. La de platos que habremos dejar sin probar en la mesa, por más que nuestras madres insistiesen en la hora de la comida, merienda o cena. Menos mal que el tiempo todo lo cura y las legumbres que hace unos años no podíamos ver (ni catar), hoy en día las disfrutamos como si fuesen la primera vez.
El Guiso de Ternera y Champiñones es de esas recetas que tiene infinidad de versiones, aunque siempre el mismo secreto: cocción lenta y mucho cariño en su elaboración. Guisos de este tipo les hemos tomado toda la vida gracias a que son de esas recetas fáciles que se van pasando de madres a hij@s como otras propuestas similares que las tenemos marcadas en nuestro recetario tradicional.
Cada año que pasa, en Navidad, procuramos pasar menos tiempo en la cocina para poder disfrutar más de la compañía en la mesa. Esas charlas previas, durante y post cena o comida navideña no tienen precio...
Por este motivo solemos preparar el Menú de Navidad de tal manera que lo más importante sea la compañía y no la comida. Aunque no por ello dejamos de preparar platos ricos y llamativos para tal ocasión.