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Bodegas y Hotel Restaurante Arzuaga

Con motivo de la festividad del día del Padre fuimos a descubrir una de las joyas del enoturismo de la Milla de Oro de la Ribera del Duero, las Bodegas Arzuaga.

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Recorriendo la N-122 Valladolid-Soria (Autovía YA), que cruza la Milla de Oro de la Ribera del Duero, podemos disfrutar de los numerosos viñedos y bodegas que hay situados a ambos lados de la carretera. En el kilómetro 325, pasada la localidad de Quintanilla de Onésimo, se alza la Bodega Hotel Arzuaga.

Bodegas Arzuaga fue fundada como tal  a comienzos de los 90 por la familia Arzuaga-Navarro. Aunque la Finca La Planta, donde se sitúa, fue adquirida por Florentino Arzuaga unos cuantos años antes.

Una finca en la cual no existian las viñas, ya que estos terrenos sólo estaban dedicados al cultivo del grano y al pasto de animales cómo jabalíes y muflones. Años más tarde vinieron las cepas, la bodega y después el vino; un tinto como a su dueño le gustaba: con esqueleto pero elegante, rotundo y complejo a la vez.

Fue hacia el 1982,  año que se constituyo finalmente la Denominación de Origen Ribera del Duero, cuando le «aconsejaron» a Florentino Arzuaga de las posibilidades que tenían sus terrenos para plantarlos de viñas. A principios de los años 90 puso en marcha lo que actualmente son las Bodegas Arzuaga-Navarro.

La calidad es el aspecto más mimado y cuidado en todos los proyectos de la familia Arzuaga-Navarro. Esta atención comienza en el propio viñedo, desde  el terruño,  porque es imposible hacer un buen vino sin uvas sanas y de calidad.

Es aquí donde se cuida que los rendimientos sean muy limitados en sintonía con unos suelos de escasa fertilidad y el duro clima castellano, ya que una producción demasiado alta restaría concentración y calidad al vino.

La excelente calidad de sus uvas, premisa inexcusable del buen vino, el mismo con el que son cuidados los viñedos y la pasión en el trabajo han echo que los vinos Arzuaga-Navarro sean ya unos de los más prestigiosos de la Denominación de Origen de la Ribera del Duero.

Pero Arzuaga-Navarro no sólo tiene una bodega, tiene un «imperio» formado alrededor del vino. Después de montar y sacar adelante la bodega pensó ¿por qué no montar un Hotel Restaurante de 5 estrellas en mitad de los viñedos? Dicho y hecho. Ahora, este mismo año, acaba de abrir su centro de «Spa y Vinoterapia«. Un complejo situado detrás justo del Hotel Arzuaga. Un Spa 5 Estrellas con vistas a los viñedos y a la ribera del Duero.

Pero ahora centrémonos en el restaurante. Un amplio local con barra de bar incluida, donde tomarse un vino es un «acto muy recomendable», da paso a los diferentes salones donde el comer es todo un placer.

Si hace unos días os hablábamos de cómo un restaurante en pleno centro de Segovia puede «afeitar» a turistas y vecinos, el restaurante del Hotel Arzuaga, cinco estrellas, no es nada caro y del todo aconsejable.

Cuando realicé me preguntaron si queríamos lechazo asado ya que sólo se sirve de encargo, le dije que sí y eso fue lo que esperábamos comer en el día de ayer.

Bodegas Hotel Arzuaga-Navarro

Llegamos con el tiempo suficiente para tomar una copa de vino «Arzuaga Crianza del 96» servido con una tapa gentileza de la casa.

Pasamos al comedor situado en la terraza acristalada, para mi el mejor por las vistas y el ambiente,  y nos pusimos a decidir la comanda.

Una vichyssoise (7 euros), para los más pequeños, un pastel de cabracho (9 euros) y un revuelto de setas de otoño con langostinos (10 euros) precedieron al protagonista de la comida, un cuarto de lechazo de Castilla y León asado, que incluía en el precio la ensalada (36 euros). Que por cierto no tuvimos capacidad en el cuerpo para dar fin de él.

Lechazo Asado Bodegas Hotel Arzuaga-Navarro

Una botella (37’5 ml.) «Arzuaga Crianza 96 «y una «Txapana reserva del 2003″, vino espumoso, fueron los complementos perfectos para armonizar tan rico banquete.

Los entrantes muy ricos, tanto el revuelto como el pastel de cabracho, que por cierto tenía muy buena presentación. El lechazo, muy tierno y sabroso.

De postre unos cafés, menos los pequeños que se pidieron una tulipa de helado artesano de chocolate (4€) dejaron el plato limpio pero el mantel, blanco impoluto, se llevó la peor parte.

Después para hacer tiempo hasta las 5 y media, hora a la que estaba prevista la visita guiada por las bodegas, un paseo por las instalaciones y por el exterior de la Bodega Hotel Arzuaga.

Si de casualidad pasas por la N-122 (la carretera de la Ribera del Duero), no dudes en hacer una parada en el kilómetro 325, donde están situadas las Bodegas Arzuaga-Navarro, tus cinco sentidos te lo agradecerán…


Más información: Arzuaga-Navarro

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