Una de las recetas más tradicionales en Navidad es el Cardo con salsa de almendra. Aunque en esta ocasión nos hemos decantado por preparar Cardo con salsa de piñones y jamón ibérico. La receta de Cardo con salsa de piñones y jamón en sí, si optamos por el cardo en conserva Gvtarra, no es nada laboriosa. Y lo mejor es que disponemos de dos formatos de envases, dependiendo de los comensales. El normal, y más pequeño, ideal para dos personas. Y otro más grande, o familiar, para cuatro o seis personas.
Ahora que el sol calienta, es tiempo de tomar platos refrescantes y sencillos, aunque no por ello debemos dejar de dar un toque original a nuestra mesa. Como muestra, este Gazpacho de melón con jamón. Una receta muy sencilla con infinidad de variantes, ya que podemos sustituir el jamón por cualquier otra guarnición como salmón o bacalao ahumado, anchoas, langostinos, etc.
Una de las recetas que no faltan en verano en nuestra mesa es la Vichyssoise (Vichisuá) o crema de puerros. Una elaboración que podemos tomar en caliente, templada o fría, como más nos apetezca, y con diferentes guarniciones. Si bien la Vichyssoise está deliciosa sin muchos aderezos, con un simple acompañamiento obtendremos un plato más sabroso y vistoso. Como en esta Vichyssoise con brevas y jamón ibérico.
Los revueltos de patatas han sido una de las recetas imprescindibles y más elaboradas, a lo largo de los años, en las casas más humildes. Recuerdo que niño me encantaba remover el huevo con las patatas, cuando mi madre se ponía enfrente de la cocina bilbaína a prepararnos esta elaboración, día sí y día también. Una veces con chorizo, otros con bacalao, otros con jamón (de matanza, que se curaba en casa), con setas, níscalos, ajetes, etc. El revuelto cambiaba de sabor dependiendo de lo que mi madre se encontrase en la nevera. Por aquellos entonces no existían topes para tomar huevos a la semana y el colesterol no se sabía muy bien que era. Sólo había una consigna: "lo que no mata, engorda". Hoy todo es diferente, y podríamos cambiar ese dicho por "lo que engorda, puede matarte".
Si quieres disfrutar de un entrante diferente, fácil, rápido y divertido nada mejor que este carpaccio de jamón con ensalada de canónigos, higos y piñones, que hemos elaborado especialmente para La Escuela del Ibérico Navidul. El jamón es uno de los productos que nunca faltan en nuestra despensa, ya que es un ingrediente que usamos con frecuencia y nos saca de muchos apuros cuando tenemos que preparar algo rápido o recibimos alguna visita inesperada.
La hemos comido con todo tipo de comida, con huevos fritos con pisto, bocadillos variados, tostadas con aceite y tomate para desayunar y por último hice en casa unas tostadas utilizando una rebanada de pan para cada uno de la familia, no pudimos repetir y nos quedamos con ganas de más. Los pimientos son auténticos de Padrón, comprados en una casa con una dependienta muy particular y salada (gracias Paula por todo), ya que la semana pasada me encontré en el supermercado Eroskicenter de nuestra zona bandejitas con cuarto kilo de pimientos de Padrón, pero mirando en la pegatina informativa sobre su procedencia, sorpresa, ponía Marruecos.
Estando el otro día de paseo con mis hijos por el pinar (bosque de pinos) que tenemos cerca de nuestra casa, me acordé de la ponencia del cocinero Miguel Ángel de la Cruz en MadridFusión. Allí, Miguel Ángel, nos mostró unos germinados de piñón que causaron sensación. Aunque, como el dijo, los que mejor están son los "salvajes", los que podemos encontramos en el pinar a los pies de los pinos. El germinado de piñón tiene el sabor del mejor piñón y un toque astringente muy suave, que nos recuerda al sabor de la piña verde. Un sabor que se aprecia enormemente en este plato, "ensalada de jamón y germinados de piñón ibérico", cuyo ingrediente principal es el fruto de aquel paseo y de la buena tarde que pasamos en el pinar.
Como cada año, por estas fechas, nuestra cocina se llena de aromas otoñales característicos de los productos que nos ofrece esta estación. Entre los productos principales que llegan a nuestra despensa, cuando el frío acecha, son las legumbres. Secas, en harina, frescas, en conserva, etc. Las formas en que las encontramos en los lineales del supermercado son tan diversas que se adaptan a infinitas formas de consumo y a muchos tipos de cocina.
La palabra alcachofa parece ser que viene de un término árabe que significa "lengüetas de la tierra", en referencia a sus características y singulares hojas, y precisamente fueron los árabes quienes introdujeron su cultivo y consumo en Europa. Desde entonces la alcachofa se ha hecho un hueco en los recetarios de los países de la cuenca del mediterráneo y como pasa con la mayoría de los productos buenos, la alcachofa tiene muchas formas de elaboración y todas muy buenas. Da igual que se elaboren como guarnición de otros platos o bien como plato principal, fritas, rebozadas, asadas o cocidas. En este caso hemos realizado una receta fácil y sencilla, sin apenas complicaciones, como son estas alcachofas rellenas de jamón ibérico.
Hay que ver lo que puede dar de si un jamón de "los buenos". Además del placer de poder disfrutar de un buen plato de jamón ibérico en cualquier momento, y en cualquier ocasión, una vez que le dejamos "limpio" podemos hacer con él una buena cazuela de caldo que congelaremos para utilizar como base o "fondo" de arroces, guisos y deliciosas sopas. Para hacer un buen caldo de jamón lo más importante es "blanquear" los huesos de jamón durante unos segundos en agua hirviendo. Para ello, una vez tengamos cortado el hueso del jamón en trozos, (se lo podemos decir a nuestro carnicero de confianza), ponemos tres cazuelas con abundante agua a cocer.
Después de emplear esta "infrutescencia o conjunto de frutos", conocida popularmente como breva o higo, en mermeladas, tarta, pinchos y en rellenar champiñones, hemos elaborado una rica y refrescante receta para inaugurar oficialmente la llegada del verano: "ensalada de brevas, mango con jamón ahumado.
En casa nos gustan mucho este tipo de tartas saladas. Ya sean con masa quebrada, masa de pizza o en hojaldre, como es el caso de esta Tarta salada de requesón y jamón ibérico. Y lo mejor de todo es que se preparan en un momento, se hornean en poco más de media hora (dependiendo de sus ingredientes), y ¡están buenísimas!






















