Con sólo unas cuantas zanahorias baby y unos guisantes, con una emulsión de aceite de oliva, romero y salvia, ha quedado un plato de Patatas rellenas de verduras verdaderamente delicioso.
La noche anterior dejamos descongelar en la nevera los guisantes y las zanahorias baby.
Si prefieres puedes usar unos guisantes frescos, y en vez de zanahorias baby, puedes cortar una zanahoria en bastoncitos y estos a la mitad. Como prefieras.
Lavamos las patatas nuevas. Colocamos en una cazuela amplia, cubrimos con agua, sazonamos y llevamos al fuego.
En cuanto empiece a hervir, bajamos el fuego, y dejamos cocer durante 20 minutos. Comprobamos que están cocidas, sacamos y refrescamos en agua fría.
Mientras se cuecen las patatas cocemos las zanahorias baby con una pizca de sal en agua, durante cinco minutos. Escurrimos y refrescamos.
Los guisantes los dejaremos tal cual, ya que a mí personalmente me gustan más crudos que cocidos. Aunque si lo prefieres, puedes cocerles durante unos minutos y después refrescar.
Una vez tengamos toda la verdura cocida y lista, pelamos las patatas, vaciamos con un sacabocados, procurando no dañar las paredes de la patata.
Parte de la carne de la patata la echamos en un bol junto con las zanahorias baby y los guisantes.
Preparamos una emulsión echando en el vaso de la batidora el huevo, una pizca de sal, el aceite de oliva y girasol, y las hojas de salvia y romero.
Batimos lentamente, como si de una mahonesa se tratase. Rectificamos el punto de sal, si hiciese falta.
Vertemos una cucharada de la emulsión sobre las verduras y mezclamos con suavidad.
Rellenamos las patatas con la mezcla anterior y cubrimos con una capa de la emulsión.
Dejamos que se enfríen las Patatas rellenas en la nevera, mínimo hora y media.
Adornamos, en nuestro caso con flores de salvia y flor de sauco, servimos y degustamos las Patatas rellenas.